Mar 28, 2022
Es fundamental que cada vez se otorgue más importancia al hecho de aprovechar de forma eficiente la energía que proviene del sol. La energía solar es una fuente energética limpia y renovable, que además de ser la mejor para cuidar del medioambiente, consigue que podamos ahorrar una importante cantidad de dinero a fin de mes. En la actualidad, la energía solar es una de las energías limpias más utilizadas en España y está experimentando un importante auge debido al incesante incremento de los precios de la electricidad, al abaratamiento en la instalación de placas solares y a las, cada día mayores, ayudas y bonificaciones que ofrece la Administración por llevar a cabo este tipo de instalaciones.
La energía solar es a su vez, un recurso inagotable, siendo la mejor alternativa a otros tipos de energía, no renovables y muy contaminantes, como por ejemplo la energía fósil o la energía nuclear.
La energía solar se genera mediante reacciones de fusión que se producen en el sol. La radiación viaja hacia la Tierra a través de ondas electromagnéticas y, posteriormente, podemos aprovecharla para su uso e incluso almacenamiento. Pero una vez llega a la superficie terrestre, la energía solar necesita una instalación fotovoltaica para convertirse en electricidad. Esta instalación es la encargada de captar la radiación mediante celdas o células fotovoltaicas que se encuentran en los paneles solares y transformarla en corriente eléctrica.
Por este motivo, la principal forma de aprovechamiento de las instalaciones de energía solar fotovoltaicas es la producción de electricidad a partir de la radiación solar.
Veamos a continuación los diferentes tipos de energía solar en función de su forma de aprovechamiento así como los factores que ayudan a que el aprovechamiento energético se lleve a cabo de forma eficiente.
Al aprovechar la energía solar de diferentes maneras obtenemos como resultado tres diferentes tipos de energía:
· Energía solar térmica. Este tipo de energía se basa en la utilización de la energía solar para producir calor, transformando posteriormente este calor en energía mecánica y a partir de ésta en energía eléctrica, en agua caliente o en aire caliente. Estas instalaciones disponen de colectores o captadores solares que se ubican en los tejados y que capturan la radiación solar convirtiéndola en calor. En la actualidad este tipo de energía solar todavía no está muy extendida.
· Energía solar fotovoltaica. Es la más común y permite obtener la electricidad a partir de la radiación solar que recogen los paneles solares fotovoltaicos compuestos por células de silicio, los cuales transforman la luz y el calor del sol en electricidad. Los paneles solares pueden utilizarse tanto a nivel doméstico como en grandes instalaciones para abastecer a la población.
· Energía solar pasiva. No se recoge ni se trata mediante el uso de ningún mecanismo ya que se aprovecha gracias a la arquitectura bioclimática, la cual y mediante el uso de diferentes materiales y orientaciones, consigue que una construcción utilice la energía solar captada durante el día para mantener cálido el interior durante la noche. De esta forma se consigue en todo momento una climatización perfecta.
Son muchos y variados los factores que influyen directamente en el aprovechamiento óptimo de las placas solares. Estos factores están relacionados con la obtención del máximo potencial y rendimiento de una instalación fotovoltaica:
- Materiales de la instalación. La energía producida por una instalación fotovoltaica está directamente relacionada con los materiales de los que está compuesta. Una instalación es más eficiente cuanto mayor es la calidad de sus componentes, lo que al mismo tiempo le hace ser mucho más rentable y productiva, mejorando de esta forma el aprovechamiento de la energía solar.
- Temperatura y clima. El aprovechamiento de la energía solar está muy afectado por la temperatura y el clima del lugar en el que se ubique la instalación fotovoltaica. Las temperaturas muy elevadas reducen notablemente el rendimiento de los paneles solares, siendo 25ºC la temperatura óptima para que los paneles ofrezcan el máximo rendimiento. Si hablamos de clima, aspectos como el viento fuerte, el granizo o los días nublados, harán que las placas bajen su rendimiento o incluso que éste sea nulo.
- Ubicación geográfica y nivel de irradiación solar. Cada zona de nuestro país recibe una cantidad diferente de radiación solar, la cual influye de forma directa en el nivel de aprovechamiento energético. La irradiación solar está directamente relacionada con la inclinación, las sombras y el clima de cada zona geográfica.
- Orientación e inclinación. Si orientamos nuestras placas solares hacia el sur tenemos una orientación óptima, ya que los rayos perpendiculares que se reflejan en la superficie de los paneles consiguen aumentar el aprovechamiento de nuestra instalación fotovoltaica. Al mismo tiempo, la inclinación también influye mucho en el rendimiento de las placas solares, y debe variar en función de la zona geográfica en la que nos encontremos.
- Estación del año. En verano el nivel de aprovechamiento de la energía procedente del sol es mucho más elevado, ya que los paneles solares reciben mayor cantidad de luz solar y por lo tanto generan más energía. Sin embargo en invierno la rentabilidad de una instalación fotovoltaica es menor, al reducirse el número de horas de sol al día.
- Sombras. Siempre que sea posible se debe evitar tener sombras sobre los paneles solares, ya que la potencia puede sufrir una reducción de hasta un 30%.
Es esencial que, para aprovechar la energía solar fotovoltaica de forma óptima, tengamos en cuenta todos los factores que acabamos de describir, los cuales permitirán obtener el rendimiento máximo de nuestra instalación y de esta forma generar la mayor energía eléctrica posible.